En esta ocasión continuamos con la serie de publicaciones sobre el esguince de tobillo. En el post anterior explicamos qué es un esguince en el tobillo y cómo realizamos su diagnóstico. Si aún no has leído el artículo te recomendamos que le eches un vistazo haciendo click aqui.
Estrategias de Tratamiento
El tratamiento del esguince de tobillo se divide en dos categorías principales: conservador y quirúrgico. Aunque existen casos en los que la cirugía es necesaria, la mayoría de las lesiones de tobillo se manejan de manera conservadora. Esto se basa en la evidencia respaldada por expertos (Doherty, Bleakley, Delahunt, & Holden, 2017; Donovan & Hertel, 2012; Vuurberg et al., 2018) y se debe a que el tratamiento quirúrgico puede conllevar complicaciones, como la disminución de la movilidad, fibrosis y un período de recuperación más largo.
Tratamiento Conservador
Durante la fase inicial del tratamiento conservador, se recomiendan varias pautas clave:
Compresión y Elevación: El uso de una media de compresión en la extremidad afectada es fundamental para controlar el edema. Aunque el uso de hielo ha sido debatido en la literatura, no existe una contraindicación para su aplicación.
Limitar la Inmovilización: En lugar de mantener el tobillo completamente inmovilizado, se recomienda un enfoque más flexible. Una opción efectiva es utilizar un vendaje funcional con una venda elástica que permita un cierto grado de movimiento. Esto facilita una recuperación más activa y evita la rigidez en la articulación.
Soporte con Muletas: En casos donde existe dolor al apoyar el pie afectado, el uso de una o dos muletas puede ayudar a evitar problemas de dolor a largo plazo.
Reposo Relativo: La duración del reposo variará según la gravedad de la lesión. Se refiere al cese de la actividad deportiva, no a un reposo absoluto. La duración del reposo debe ser evaluada caso por caso.
Rehabilitación Activa
Desde el inicio del tratamiento, se enfatiza la rehabilitación activa como la mejor opción para la recuperación. Esta se centra en el ejercicio terapéutico y las movilizaciones articulares para restaurar la amplitud articular, la fuerza muscular y el equilibrio. Este enfoque activo ha demostrado ser más efectivo en la reducción del dolor y la restauración de la función normal del tobillo en las actividades diarias.
Es importante destacar que la progresión en las cargas es esencial. Los ejercicios y las movilizaciones deben adaptarse a la fase de recuperación de cada paciente. Actualmente, no existen protocolos de ejercicio estándar, ya que se deben considerar las necesidades individuales, capacidades y presentación clínica de cada persona.
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Recuerda que la rehabilitación del esguince de tobillo es un viaje gradual. La paciencia y la consistencia en el tratamiento son clave para lograr una recuperación completa.
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