problema de artrosis

Muchas personas se preguntan si el deporte puede ayudar a mejorar un problema de artrosis. ¿Hasta qué punto es bueno el ejercicio físico en estas situaciones? ¿Qué tipo de ejercicios podemos hacer? 

Lo primero que tenemos que tener claro es que estamos hablando de una enfermedad del sistema musculoesquelético. Su prevalencia es alta (más entre las mujeres) y aumenta con la edad. La artrosis de los miembros inferiores como las rodillas puede parecer la más común, pero también puede darse en la zona lumbar y cervical.. Lo que ocurre en estos casos es que algunas personas empiezan a llevar una vida menos activa. Como consecuencia, aparecen cuadros de atrofia muscular y se deteriora en general la condición física. Esto aumenta el dolor y acelera la progresión de la enfermedad. Por eso es tan importante el ejercicio físico adaptado. Tanto para reducir el dolor como para mejorar la capacidad funcional en casos de artrosis. El ejercicio físico es una terapia conservadora muy efectiva para paliar el dolor y solventar el déficit funcional derivado de esta enfermedad. 

Eso sí, es clave hacer una evaluación personalizada para adaptar el ejercicio a las condiciones de la persona. No hay que olvidar que la artrosis se debe a la degeneración progresiva del cartílago articular. Como consecuencia, se reduce el espacio articular, aparece dolor y se da una pérdida progresiva de la potencia muscular. Pueden aparecer también alteraciones estructurales de otros tejidos articulares como la cápsula, la membrana sinovial y los ligamentos. 

Qué deporte practicar si se parece un problema de artrosis

El ejercicio aeróbico y el fortalecimiento muscular pueden ser muy útiles para disminuir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes con artrosis. De todos modos, hay una palabra que hemos de poner de relieve cuando hablamos de ejercicio físico ante un cuadro de artrosis: moderación. El ciclismo o la bici estática son ejercicios aeróbicos cíclicos que nos pueden ayudar. No hay impacto y se trabaja la fuerza de las extremidades inferiores. En cuanto a los ejercicios de fortalecimiento muscular, estos han de centrarse en las extremidades inferiores y realizarse dos a tres veces a la semana. Se pueden usar máquinas de resistencia, pesos en tobillos y bandas elásticas. 

Otras alternativas son caminar en terreno llano, bailar, nadar, el esquí nórdico o la bicicleta estática. Además, pueden ser de utilidad ejercicios como el Tai-Chi. Varios estudios han demostrado cómo esta práctica puede aliviar el dolor crónico derivado de la artrosis. Este ejercicio ayuda a fortalecer la musculatura y a reducir el desgaste articular. El Tai-Chi refuerza las articulaciones y libera endorfinas. Además, los movimientos de flexión y extensión hacen que los nutrientes del líquido sinovial penetren en el interior de las células del cartílago, las condritas, para que estas no mueran. 

Ya ves hasta qué punto el ejercicio físico puede mejorar la calidad de vida de las personas con artrosis. Entonces, ¿a qué estás esperando para calzarte las zapatillas de deporte?