Son muchas, muchísimas las personas que padecen dolores musculoesqueléticos crónicos y que creen que las condiciones climáticas mejoran o empeoran su situación. Es decir, que sufren dolor con el cambio de tiempo. Pero, ¿es esta afirmación cierta? ¿Tiene una base de realidad o es más bien un mito? Vamos a tratar de analizarlo a lo largo de estas nuevas líneas de nuestro blog.
«Cuando cambia el tiempo, siento dolor de cadera, en las rodillas, tobillos, hombro…». ¿Lo has escuchado alguna vez, verdad? Es muy habitual, sobre todo en personas mayores, ya que son mayoría dentro del grupo de personas con dolores musculoesqueléticos crónicos. También existe una amplia literatura al respecto.
¿Resultados sorprendentes en la relación entre dolor con el cambio de tiempo?
Recientemente, vio la luz un estudio en el que se revisaban otros 43 diferentes sobre la asociación entre dolor y el tiempo, cada uno de ellos con sus propios resultados, poblaciones o variables meteorológicas analizadas. Del mismo modo, también se analizaban diferentes inconvenientes, desde la osteoartritis hasta la fibromialgia, pasando por la artritis reumatoide.
¿Y cuál fue el resultado? El 67% de todos esos estudios sí que encontró casos de aparición de dolor con el cambio de tiempo, aunque no existiese una sola variable que se asociara consistentemente con el dolor. Por ejemplo, se encontraron estudios que coincidían en la aparición de dolor con temperatura, pero algunos lo asociaban positivamente con el dolor, mientras que otros lo hacían de una manera negativa.
En lo que respecta a la humedad, por ejemplo, un estudio sí que señaló relación entre la humedad relativa del entorno y el dolor de un paciente. Sin embargo, otros dos estudios negaban esa posibilidad. En cambio, en lo que implica a las horas de sol diarias, no se encontraron asociaciones significativas entre ambos conceptos, lo mismo que cuando se midió la presión atmosférica, las precipitaciones o la velocidad del viento.
¿Y qué dicen los pacientes? Pues aquí los datos son mucho más contundentes en lo que respecta al dolor con el cambio de tiempo. Así, entre el 62 y el 97% de las personas con dolores crónicos consideran que el clima tiene una influencia directa. Así, por ejemplo, la idea general el que con climas fríos y húmedos, el dolor articular es más intenso. Del mismo modo, se considera que cambios en el tiempo también afecta en mayor medida respecto a un clima más estable.
No existe una explicación científica consensuada al respecto de este tema, tan solo especulaciones: placebo, sesgo de confirmación, cambios en la presión barométrica, sensibilidad de los nociceptores, reducción de los niveles de actividad física por culpa del mal tiempo, estado de ánimo, menor exposición al sol… Son solo algunas de las variables que se manejan a día de hoy.