Los problemas en el hombro son una dolencia muy común en la población, siendo el tercer motivo de consulta en atención primaria.
En este tipo de dolencias existen un gran número de categorías diagnósticas basadas en la alteración de las estructuras del hombro; os pueden sonar términos como «tendinitis», «bursitis» o «síndrome subacromial» entre otros. Sin embargo, existe gran incertidumbre referente a estos criterios diagnósticos, y su base está siendo cuestionada.
Los pilares para el diagnóstico
En la práctica clínica en fisioterapia, la evaluación de un paciente con dolor de hombro se sustenta en dos pilares fundamentales:
El pensamiento clínico referente al dolor de hombro, siempre ha estado enfocado hacia la presencia de problemas mecánicos en los que hay una estructura dañada o un «pinzamiento» entre estructuras, pero en los últimos años se ha puesto en tela de juicio que esto sea realmente así.
En la exploración realizada para diagnosticar estas patologías ya mencionadas se utilizan una serie de test ortopédicos que permiten reproducir el dolor que presenta la persona, pero se ha visto que no son capaces de distinguir la estructura que provoca dolor.

Cuidado con las pruebas de imagen
Siempre se les ha dado un gran peso a los hallazgos obtenidos en las pruebas de imagen, pero parece ser que no debemos dejarnos llevar por la idea de que el dolor provenga simplemente de alteraciones estructurales. En un gran número de pacientes son consecuencia del propio envejecimiento.
Siete de cada diez personas con lesiones en el hombro no presentan ningún síntoma.

Por otra parte, también se le ha dado protagonismo a la reducción del espacio entre el húmero y el acromion o a la irritación del tendón supraespinoso como factores causantes del dolor pero, de nuevo, numerosos estudios rechazan esta hipótesis. En relación con esto, cabe decir que los tendones del manguito rotador tienen pocas terminaciones nerviosas, por lo que, aunque pueden jugar un papel en la generación de dolor, lo más probable es que sea a través de algún mecanismo indirecto en el que otras estructuras con más terminaciones nerviosas se encuentren sensibilizadas e inicien una respuesta que desencadene en dolor.
Resumiendo, parece ser que actualmente no podemos saber la causa exacta del dolor en el hombro y no podemos confiar en las pruebas de imagen para el diagnóstico.
Pero…¡No está todo perdido!
A pesar de no tener claros los mecanismos por los que se produce el problema tenemos herramientas de trabajo claves para solucionar las dolencias en el hombro:
Todas estas intervenciones están destinadas a mejorar la capacidad adaptativa del hombro a las demandas del día a día y son las intervenciones más recomendadas por la comunidad científica para este tipo de dolencias.
Si quieres saber más sobre cómo mejorar en tu dolor de hombro ponte en contacto con nosotros o revisa nuestro blog en las siguientes entradas.
BIBLIOGRAFÍA:
• Bachasson, D. The Role of the Peripheral and Central Nervous Systems in Rotator Cuff Disease. J Shoulder Elbow Surg. 2015 August ; 24(8): 1322–1335. doi:10.1016/j.jse.2015.04.004.
• Lewis, J. Rotator cuff related shoulder pain: Assessment, management and uncertainties. Manual Therapy 23 (2016) 57e68. doi: 10.1016/j.math.2016.03.009
• Dhillon, KS. Subacromial Impingement Syndrome of the Shoulder: A Musculoskeletal Disorder or a Medical Myth? Malaysian Orthopaedic Journal 2019 Vol 13 No 3. doi: 0.5704/MOJ.1911.001