Son varias las causas que pueden derivar en un dolor de hombro. Aunque la intensidad puede ser variable, en cualquier caso, estamos ante un problema al que hay que prestar atención para evitar mayores problemas. Estamos ante una articulación de uso constante y que hay que vigilar de cerca, sobre todo a medida que las personas van envejeciendo.

Más allá de las típicas situaciones que pueden derivar en dolor articular, como una dislocación, separación o fractura, uno de los principales motivos que puede llevarnos a esta situación es el deterioro del tejido blando de la zona. Este es el responsable de muchos de los problemas de hombro que nos encontramos día tras día. ¿Razones para este deterioro? Variadas también. Nos encontramos desde el uso excesivo de la articulación, el trabajo manual, el deporte o, lógicamente, el propio envejecimiento de la persona.

dolor de hombro

Pasos hacia el éxito en el manejo del dolor de hombro

Actualmente, el profesional de fisioterapia debe hacer frente a varios desafíos en práctica clínica en pacientes con dolor de hombro:

  • El dolor no guarda relación alguna con lo observado en pruebas de imagen.
  • Los resultados del tratamiento no se correlacionan con cambios estructurales.
  • Bajo estas premisas, ¿es posible llevar a cabo un diagnóstico estructural definitivo y acertado?
  • Los test ortopédicos no han demostrado ser muy útiles.

El dolor de hombro, al igual que el dolor de cadera del que ya os hablamos hace relativamente poco en este mismo espacio, puede llegar a provocar que el paciente se someta a una cirugía reparadora. Sin embargo, hay que precisar y dejar totalmente claro que las diferencias entre personas que se sometan a ella frente a los que apuestan por un tratamiento conservador con fisioterapia no son significativas. De hecho, se ha anotado un cierto efecto placebo con pacientes que creen que mejorarán más rápido si se someten a esta operación.

En cualquier caso, el elemento diferenciador para una mejoría de esta dolencia es el tiempo. Existen estudios que precisamente reflejan esto. Los resultados entre una descompresión subacromial, placebo o ejercicio son similares en el plazo de 6-24 meses (Paavola, 2018).

Un aspecto que debemos tener en cuenta y siempre presente es que, a tratamientos con resultados similares, aquellos con menor riesgo para el paciente siempre serán más convenientes, pues entrañan menos peligros, lo que supone siempre un extra para el paciente y su recuperación del dolor de hombro.