La obesidad es una acumulación excesiva de grasa que puede llegar a ser perjudicial para la salud de una persona. También es considerada como una enfermedad de tipo crónico degenerativo. Actualmente, está considerado como un problema a nivel mundial. Pero es que, además, en los últimos años se ha ido registrando casos de relación entre obesidad e inflamación de bajo grado a consecuencia del incremento en la masa del tejido adiposo.
Esta mayor cantidad de masa del tejido adiposo tiene otra consecuencia: el aumento en la producción de mediadores proinflamatorios. No hay que olvidar que el tejido adiposo contiene, entre otras cosas, fibroblastos, preadipocitos, adipocitos y macrófagos. Son estos últimos los que participan de una manera decisiva en lo que se conoce como proceso inflamatorio sistémico, lo que permite establecer una asociación entre las vías inflamatorias y las metabólicas.
Contrariamente a lo que la gente cree, no son los factores mecánicos asociados al mayor peso que soportan las articulaciones los principales responsables de generar dolor, sino que este responsable es precisamente el factor metabólico y la inflamación de bajo grado.
Cosas a saber en la relación entre obesidad e inflamación
Son muchas, muchísimas personas las que consideran que el dolor que padece una persona obesa se debe únicamente a ese extra de kilogramos con el que vive diariamente y que perjudica también a su salud. Sin embargo, desde Activefisio hemos estado atentos los estudios más recientes de los últimos años en los que se señala también al factor metabólico y a la llamada inflamación de bajo grado.
Lo que sí es claro es que la relación entre obesidad y dolor es sumamente compleja y más amplia que reducirlo todo a que las causas mecánicas son las responsables del dolor que puede padecer una persona por el simple hecho de sobrecargar las articulaciones y la columna.
En el estudio de la relación entre obesidad e inflamación, hay que fijarse también en las últimas evidencias en las que se señala que la aparición de inflamación de bajo grado por todo el cuerpo de las personas con sobrepeso podría ser decisivo a la hora de la aparición de dolor.
Del mismo modo, también se ha detectado unas mayores concentraciones de leptina en las articulaciones, lo que puede facilitar episodios concretos de inflamación y daño general.
Lo cierto es que todavía nos queda mucho para entender por completo la relación entre obesidad e inflamación, pero lo cierto es que los últimos descubrimientos nos llevan a pensar que todo es mucho más complejo que la simple creencia popular de que el peso es el responsable del dolor.